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NEOPAGANISMO O PAGANISMO MODERNO



Las primeras religiones fueron animistas, en las que todos los elementos y fenómenos naturales tenían un alma o principio vital. Más adelante las religiones tomaron un carácter chamánico, donde sacerdotes y chamanes podían comunicarse con espíritus de la naturaleza mediante un estado alterado de la consciencia. Después, en muchas civilizaciones antiguas las religiones evolucionaron hacia el politeísmo, con dioses organizados de forma familiar y jerárquica según sus habilidades. Finalmente, la última forma de desarrollo de las religiones fue el monoteísmo, que venera a un único Dios creador. Desde hace siglos, las religiones monoteístas se han expandido y consolidado como los cultos mayoritarios en el mundo, en ocasiones con violencia. Pero algunos cultos ancestrales han sobrevivido, como las religiones de los pueblos indígenas en América o el vudú y el yoruba en África. Otras se han mezclado en sincretismos como la santería en Cuba o el candomblé en Brasil. Sin embargo, la mayoría de las religiones antiguas se disolvieron entre la cultura popular, el folclore y la mitología.


El fracaso de las teorías del desarrollo, el cuestionamiento de la ciencia y la ruptura con la moral cristiana provocaron una crisis en las sociedades occidentales, la llamada crisis de la modernidad, que derivó en un sentimiento generalizado de pérdida de la identidad. A raíz de esa crisis, algunos empezaron a buscar experiencias espirituales alternativas, lo que desembocó en el surgimiento del neo paganismo, un conjunto de movimientos religiosos y esotéricos minoritarios que pretenden revivir creencias precristianas como el druidismo, la brujería, la religión celta o la nórdica. Los movimientos neopaganos comenzaron a ganar popularidad en los años treinta y han ido creciendo hasta hoy.


Los neopaganismos romantizan las religiones ancestrales, considerando que entonces la gente vivía en armonía con la Tierra. Politeístas y esotéricos, estos movimientos comparten la veneración por la naturaleza y la práctica de rituales mágicos. En principio no persiguen activamente el aumento de sus seguidores, y respetan al resto de religiones, dándole gran importancia a la libertad de cada individuo para elegir su propia espiritualidad. Cuando se habla de “Pagano” su raíz viene del latín paganus, que significa ‘aldeano’ o ‘campesino’. Los cristianos en el Imperio romano comenzaron a utilizar el término de forma despectiva en el siglo V, después de que el emperador Teodosio convirtiera el cristianismo en la religión oficial del Imperio. La transformación religiosa se produjo más rápido en las ciudades que en las zonas rurales, dada la fuerte hostilidad que el cristianismo suscitaba en el campo. La palabra “pagano” pasó así a designar de manera peyorativa a quien adorase a los dioses considerados falsos, ya fueran los del antiguo panteón grecorromano los de otros pueblos.


Suelen distinguirse dos grandes grupos de movimientos neopaganos: los Eclécticos y los Reconstruccionistas. Los eclécticos reúnen cultos, divinidades y panteones con elementos modernos y paganos. Este grupo incluye a la wicca y al neo druidismo celta, entre otros. Por su parte, los reconstruccionistas buscan recrear las prácticas espirituales de sus ancestros siguiendo las evidencias arqueológicas e históricas. Sin embargo, este afán suele ser problemático dada la escasez y poca fiabilidad de las fuentes: muchas fueron escritas de manera fragmentada y sesgada por cristianos varios siglos después. En este grupo entran algunas corrientes del ásatrú y el odinismo nórdico.


Muchas formas de paganismo ecléctico han desarrollado críticas feministas y ecologistas. Los reconstruccionistas, que dan gran importancia a la herencia étnica, han tendido a vincularse con movimientos nacionalistas o supremacistas.



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